viernes, 21 de enero de 2011

Apago el televisor.

Leyendo El Trome un periodico peruano medio chicha encontre este articulo que casi siepre leo pues mi amigo de trabajo se burla y me cuenta con gracia las cosas que hablan aqui y hoy si me parecio algo muy interesante que creo que todo joven debe leer aqui les dejo y "apago el televisor".


Este Búho siempre supo y escribió que detrás de Keiko Fujimori, joven que fue una de las congresistas más improductivas, estaba a la sombra de su padre, condenado por graves delitos, incluidos los de lesa humanidad. También dije que votar por ella era sufragar, en realidad, por Alberto Fujimori, pues la candidata no ocultó que lo primero que haría, si llegaba a Palacio de Gobierno, sería amnistiar a su progenitor. Era evidente que, ante clamorosas limitaciones políticas, sería el japonés quien le soplaría al oído qué debería hacer en el Palacio de Pizarro.

Pero les juro que nunca imaginé que el “Chino” pudiera manejar de esa manera como burdos títeres, no solo a connotados dirigentes de su movimiento, sino a su propia hija. Es que quedó demostrado que quien dirige la campaña, veta y escoge candidatos al Parlamento es el propio “Chino”, desde su ¿celda? -ja, ja, ja- de la Diroes. Este es el primer escándalo. Ahora comprendemos el extraño pacto Apra-Fujimorismo, desde que lo extraditaron de Chile. A diferencia del “Doc”, que está sepultado en la Base Naval del Callao, Fujimori manda en la Diroes, recibe visitas mañana, tarde, noche y trasnoche, como reveló una investigación periodística.

Pero lo más grave: desde su “chalet”, el “Chino” recibía la visita de los aspirantes a congresistas por Fuerza 2011. Pero no solo eso, la revista “Caretas” revela que el ex jefe de campaña fujimorista en Junín, Moisés Guía Pianto, denunció un escandaloso cobro de cupos para integrar la lista definitiva. “Yo, personalmente, le entregué 10 mil dólares en efectivo a Fujimori en la Diroes para participar en las elecciones del 2011”. Contó que después le pidieron 200 mil y como no tenía, lo desembarcaron. ¿Fujimori está en prisión o en un local partidario? Esta denuncia es gravísima.

Otro candidato por Huancavelica, también, denunció que visitó a Fujimori y este le dio seis polos y seis gorritas de Fuerza 2011: “Confecciona dos mil de cada uno y repártelos en tu zona”, le ordenó el “emperador”, pero igual lo dejaron fuera.


Pero lo más escandaloso, es la inclusión en la plancha, nada menos que de ¡¡la enfermera de Fujimori!! Gina Pacheco, quien nunca militó en política y, desde hace siete meses, conoció al ex presidente, al acompañar a su médico Alejandro Aguinaga a tratarlo de sus males. Pacheco es una guapa mujer del tipo de la “Bebita” que, en el show de Guillermo Francella, lo vuelve loco de lujuria. Qué tan bueno habrá sido el trabajo, en temas “nutricionales”, que el mismo doctor Aguinaga reconoce la efectividad de su dieta: “El ex mandatario bajó 14 kilos de peso”. Fujimori parece haber perdido la cabeza, pues en diciembre, antes que el movimiento discutiera la conformación de las listas -según la revista- mandó a confeccionar 10 mil calendarios con su foto y la leyenda ¡¡Gina al Congreso!! Pero Keiko y, sobre todo, Sachi, están molestas con su padre, por su capricho de incluir a una advenediza en la lista.

Pero seguro como está con la “cabeza caliente”, las mandó a volar en el idioma de Hirohito. Fue también Fujimori quien incluyó, a la mala, a sus otras geishas: Luz Salgado, Martha Chávez y Carmen Lozada de Gamboa. Un periodista y analista político sostiene que el fujimorismo es consciente que Keiko no va a ganar las elecciones, pero la estrategia es pasar a la segunda vuelta para proyectar a la candidata para el 2016. El objetivo es llevar al Congreso una “batería” que haga una oposición visceral al ganador y para ello se necesita a parlamentarias “bochincheras” y con gran deseo de revancha.

Este analista sostiene que el fujimorismo quiere hacer lo que Ollanta no hizo en el 2006, al llegar con una bancada anodina que le hizo cosquillas al gobierno de Alan García: Chongo, denuncias, insultos, intransigencias. Sea como sea, ya sabemos que detrás de esa cara redonda, lozana y sonriente de Keiko, está la verdadera cara, arrugada, de mirada cínica y pérfida de Alberto Fujimori. Apago el televisor.

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